Ser como EL PRINCIPITO
HOY
nuevamente viene a mi mente, el relato del libro EL PRINCIPITO, de
Saint Exupery.
Ese libro que alguna vez, ha llegado a ti y si
has tenido la posibilidad de leerlo, quiero compartir contigo mi punto de vista
y saber sobre TU PUNTO DE VISTA, ya que nos resultará enriquecedor a ambos...
Porque
lo más importante que tenemos Tu y YO, es el COMPARTIR...
Y si
has “encontrado” TU ROSA, valórala, porque
es ÚNICA.
También se
como el ZORRO, déjate domesticar ya que es el mejor
lazo para acercarte...
El Principito,
concentra una gran cantidad de enseñanzas muy valiosas y
expresadas con un simbolismo muy particular.
Todas estas enseñanzas sin embargo,
se pueden concentrar en una sola muy grande, que consiste en que...
Cuando dejamos de ser NIÑOS, perdemos la capacidad de ver lo esencial de las cosas, debemos
ver las cosas como lo hacen los NIÑOS, solo así seremos capaces de ver al elefante dentro de la boa. Para ver lo esencial, debemos observar con el corazón.
Otro personaje importante es la FLOR del Principito, personaje que parece ser vanidoso y orgulloso,
conocedora de su belleza e importancia para su dueño. El Principito conoció un
rosal en la tierra, sin embargo a pesar de que eran tan hermosas como la suya,
ninguna podría comparársele debido a que su ROSA era para él la ÚNICA y él era único para su ROSA.
LA ROSA

Al llegar a un jardín, en el que se
encuentra con cientos de rosas, piensa que en verdad no es tan afortunado por
tener una. Aunque luego reflexiona y descubre que es afortunado, porque tiene una rosa igual
por el exterior, pero diferente por dentro.
La enseñanza de esta parte es:
“Lo que importa es el interior no lo
superficial”
El Principito busca una flor
como la de su planeta que representa sus ideales y sus valores, como el respeto, disciplina y orden, cuidándolos, gestionando y desarrollándolos poco a poco como una flor.
La Rosa del Principito es ÚNICA aunque tenga un parecido a otras
rosas. Pero para él, es única porque es suya (porque le pertenece y es importante.
Es su responsabilidad), él la cuida, la alimenta con agua cuando tiene sed,
establece diálogos de conversación con ella, tienes distintos puntos de vista
de un tema, cuando tiene frío la cubre. Es otra de las tantas obligaciones que
tiene el Principito y nos da a entender que el ser humano en su vida,
siempre tiene obligaciones las cuales tiene que cumplir porque el incumplimiento
de las mismas puede ocasionarle problemas a él y al mundo que le rodea.
La ROSA también nos da a entender sobre la vanidad, la hipocresía de
las personas, las cuales en un momento pueden ocasionar daños a otras personas
sin darse cuenta. La ROSA era sumamente vanidosa, orgullosa y soberbia, y no se daba
cuenta que dependía del Principito para poder vivir, siempre
pensando en ella y solo ella, sin importar perjudicar a la persona que quiere.
De esto, podemos tener varios
ejemplos de la vida de un ser humano el cual solo piensa en sí y perjudicando a
otras personas sin darse cuenta.
Esto debido a toda la dedicación, el
cuidado y la atención que le prestaba, muy similar a lo que pasó con su
amigo el zorro y con el mismo piloto, al cual realiza una promesa al
final del libro.
Debemos aprender a entregar y ver en
lo que nos rodea, no solo pertenencias sino el valor que ellas tienen, los
“sacramentos”, quién existe detrás de esas cosas, a quien nos recuerda, debemos
aprender a “domesticar” a nuestro entorno como lo hiciera
el Principito
con el zorro, y ver las estrellas con otros ojos,
tal vez como el recuerdo de alguien, como lo hiciera el Principito con el piloto
en aquella promesa final.
Uno de los relatos que más me
apasionó, fue el del ZORRO.
El domesticar es algo de la
vida diaria y de necesidad del ser humano, el saberse querido y el de querer,
pero despacito, avanzando cada día solo un metro, para al final llorar cuando
llegué el momento de la separación. Sin duda el amor, la compañía, “el
domesticar” son los más grandes lenguajes de la comunicación.
Y como decía, al final llorar, pero
también agradecer, con un regalo, un consejo.
EL ZORRO
"El ZORRO le pide al Principito que con el simple
hecho de que lo domestique, para él va a significar mucho."
Nos relata el diálogo entre el Principito y un zorro. El zorro quiere que lo domestique, pero el Principito no
quiere, en la palabra domesticar también pueden surgir el
significado de crear unos vínculos de amistad inamovibles, ya que no todos los
zorros son feroces también existen los zorros buenos y sin maldad.
En un primer momento el Principito no quiere domesticar al zorro pero este le muestra que no por
estar domesticado tiene que ser inferior a él, porque lo que el zorro está buscando son los lazos
de unión o amistad entre ambos, en cuanto se crean estos lazos el Principito deja de ser uno más de los seres humanos existentes en el
planeta y se convierte en alguien especial.
El zorro le dice que “domesticar, significa crear lazos”.
Ante esta idea de crear lazos el zorro se lo explica de la siguiente forma:
“para
mí no eres todavía más que en muchachito semejante a 100.000 muchachitos. Y no
te necesito, y tu tampoco me necesitas, no soy para ti más que un zorro semejante a 100.000 zorros, pero, si me
domesticas, tendremos necesidad el uno del otro, serás para mí único en el
mundo, seré para ti único en el mundo”.
Continua diciendo el zorro insistiendo en la misma idea, “si me domesticas, mi vida se llenará de sol, conoceré un ruido de pasos
que será diferente a todos los otros...tus ruidos me llamarán fuera de la
madriguera, como una música”, a partir de estos lazos el zorro le dice que verá las cosas de
otra forma y amará las cosas.
Todo esto, nos habla de la confianza
que se tuvieron entre si estos dos personajes y de la gratitud del zorro como
regalo por haberlo domesticado, le demuestra que es tan especial puede llegar a
ser alguien.
“Hay que observar con el corazón, lo esencial es invisible
a los ojos”
Los planetas, con
sus habitantes y tendencias, que recorre el principito, son:
§ Planeta del rey:
la soberbia, la arrogancia.
§ Planeta del
vanidoso: la competitividad, el complejo de inferioridad.
§ Planeta del
bebedor: la adicción, el consumismo.
§ Planeta del
hombre de negocios: la avaricia.
§ Planeta del
farolero: la pereza, la inercia.
§ Planeta del
geógrafo: la acumulación estúpida de conocimiento.
§ La Tierra: aquel
que abarca todas las demás tendencias.
El hecho de que todos los planetas estén habitados por una sola
persona es de vital importancia, porque es la forma de poner de relieve, de
destacar, nuestra estupidez.
Nos creemos muy poderosos cuando mandamos sobre los
demás y estos obedecen nuestras órdenes, pero, ¿no nos convertimos así en esclavos
de nuestro propio poder?; ¿sobre quién mandamos, pues, en
realidad?; ¿no acabamos siendo víctimas de
nuestro afán de control?
Queremos que nos admiren, que nos aplaudan sinceramente, nos sentimos
tan poco valorados por nuestros esfuerzos, pero ¿acaso no nos esclaviza esa
necesidad constante de atención?; ¿no resulta muy infantil esa actitud?; ¿no
nos lleva constantemente al agravio comparativo, a la envidia, a la ira y al
rencor?; ¿y... no estamos verdaderamente aislados en ese territorio?
Pensémoslo, entonces...
Consumimos como posesos (drogas, ropa, objetos de lujo) para tratar de
olvidar que todas esas cosas, al fin y al cabo, no nos hacen más felices, sino
más voraces, más acaparadores, más competitivos; ¿Acaso no estamos muy solos,
también, en el círculo vicioso de nuestras adicciones?
Queremos cada vez más dinero y más posesiones, y se nos va la vida en
administrarlas y conservarlas, en una preocupación constante que nos convierte
en unos amargados y nos impide atender a nuestras verdaderas necesidades y, por
supuesto, a las de los demás; ¿es esta, acaso, una manera de conducirse
madura y adulta?
Gastamos nuestras fuerzas y energías en atender a consignas y dogmas
que nunca hemos puesto en cuestión, en una inercia agotadora, pero muy cómoda;
y nos sentimos tan cansados... querríamos dormir para toda la eternidad, en un
sueño tan alienante y cómodo como es el de seguir agotándonos por algo que ni
siquiera sabemos si tiene sentido; como dice el PRINCIPITO del FAROLERO:
«Es el único de quien pude haberme hecho amigo.
Pero su planeta es demasiado pequeño y no hay lugar para dos...»; y es que en el
reino de la inercia, de la pereza, no hay lugar para el diálogo, para la
comunicación ni para el crecimiento.
El planeta del GEÓGRAFO, es decir, del
conocimiento, es en apariencia mucho más grande, pero es una grandeza de
mentirijillas; acumular conocimiento como quien colecciona chapas, no sirve
sino para hacerse cada vez más estúpido. Se alude, así, al materialismo
espiritual y, en ese sentido, da igual acumular monedas que montañas o nuevos
saberes.
Puedes creerte muy rico o muy sabio, pero si no sabes usar esa riqueza
y sabiduría más que para acumular más riqueza y sabiduría, estás encerrado en
tu propia avidez.
Pensémoslo, entonces...
¿Tienes tu ROSA??... ¡¡es ÚNICA, cuídala!!
Domestícame
y deja domesticarte, porque crea lazos.
Un maravilloso día para ti...Y espero saber de ti.
Agustina
Agustina
Gómez Rodríguez
Autora Libro: “Tiempos
de Resiliencia, Reingeniería, Coaching y Grafología”
Ed. Lasra/Kaicron Argentina-España, 2011
Licenciada en
Administración. Universidad de Buenos Aires
Post grado en
Marketing. Universidad de Buenos Aires.
Máster en RRHH.
Universidad de Palermo, Buenos Aires.
Grafóloga Pública
- Matrícula Oficial Nº 69.994
Grafoanalista
Científico Emocional -Diploma de Honor-
GrafoPsicóloga –
Instituto Español de Grafología –SO.ES.GRAF.
Técnico en
BioProgramación - Licencia Nº 613745
Practitioner en
PNL, Inteligencia Emocional y Coaching.
Máster en
Dirección y Gestión Innovadora de RRHH. - IEBSchool -Escuela de Negocios.
8 www.grapholife.com
8 www.prosperarescribiendo.blogspot.com
* grapholife@gapholife.com
Skype: GraphoLife
www.facebook.com/grapholife
Maravilloso!!!Mi admiración por ti Agustina!!Saludos desde Venezuela.
ResponderEliminarEstimada Edith,
EliminarMuchas gracias por pasarte por este BLOG, TU blog y por este artículo, que aporta interesantes reflexiones de vida..
Un abrazo argentino, desde Madrid.